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Dióxido de carbono: Su importancia en el cultivo

Dióxido de carbono: Su importancia en el cultivo

Aquí te decimos cómo actúa el CO2 en las plantas y qué hacer con este en el cultivo interior

¿Qué es el CO2?

Este componente ayuda al crecimiento y calidad del cultivo, ya que aumenta la  velocidad de la fotosíntesis

Es un gas incoloro vital para el crecimiento de las plantas, pues es el componente orgánico principal que utilizan para construir sus tejidos

  • Tiene un papel indispensable en la fotosíntesis y se encuentra en el aire en niveles de 300 a 400 ppm
  •  El aporte de CO2 es muy importante para el correcto desarrollo del cultivo, además del agua y la luz.
Photo by Jeff Sheldon on Unplash

¿Como actúa el CO2 en las plantas?

Las plantas consumen CO2 a través del aire y el agua de sus raíces; y con la iluminación transforman los componentes en azúcar y oxígeno.

Las plantas, durante el día y gracias a la luz del sol y el proceso de fotosíntesis, capturan el CO2 atmosférico y lo transforman en los carbohidratos que precisan para crecer, liberando al mismo tiempo oxígeno. El proceso se invierte durante la noche, capturando oxígeno y liberando CO2.

Consideraciones para cultivo interior

  • Cuando hay climas calurosos, se aconseja que el CO2 no supere los 800 ppm, ya que  provocaría estrés en la planta.
  • Cuando en los invernaderos la humedad es alta, se aconseja reducir la concentración de CO2 para evitar que los estomas se cierren, lo que provocaría restringir el transporte de agua y calcio a través de las plantas.

Exceso de CO2

 Cuanto más CO2 haya en la atmósfera, más y mejor crecerán las plantas

  • Si hay un crecimiento acelerado por el aumento de CO2, las plantas necesitan mayor cantidad de agua
  • Una concentración demasiado alta de CO2 provoca una reducción de la fotosíntesis en algunas plantas y reduce la calidad nutricional
  • Algunas especies de cultivos se hacen más vulnerables a las plagas

Recuerda...

Al aumentar la concentración de CO2 en el interior de un invernadero se incrementa la actividad fotosintética, lo que se traduce en un aumento de la precocidad, el rendimiento, la producción (del orden del 15-25%) y la calidad de la cosecha