El suelo es un ecosistema vivo, pero muchas veces nuestras plantas no aprovechan todo su potencial porque carecen de los microorganismos adecuados. ¿Tus plantas crecen lentamente, tienen raíces débiles o muestran deficiencias de nutrientes? La solución está en fortalecer la microbiología del sustrato con inoculantes fúngicos y bacterianos. Estos aliados invisibles trabajan en conjunto con las raíces, mejorando la absorción de nutrientes, fortaleciendo la resistencia a enfermedades y creando un ambiente ideal para un desarrollo vigoroso.
Descubre el poder de la microbiología en tu cultivo
Los inoculantes fúngicos y bacterianos son productos que contienen microorganismos benéficos como micorrizas arbusculares, Trichoderma, bacterias promotoras del crecimiento y biofungicidas. Al aplicarlos en el suelo o en la zona radicular, establecen una relación simbiótica con las raíces, facilitando el acceso a fósforo, nitrógeno y otros nutrientes esenciales. Además, algunos de estos microorganismos actúan como protectores naturales contra patógenos dañinos.
Beneficios de los inoculantes fúngicos y bacterianos
- Mejor absorción de nutrientes: Las micorrizas expanden la red radicular, permitiendo un acceso más eficiente a los nutrientes del suelo.
- Protección contra enfermedades: Trichoderma y otras bacterias benéficas combaten patógenos como hongos y bacterias nocivas.
- Crecimiento acelerado: Favorecen el desarrollo radicular, promoviendo plantas más fuertes y productivas.
- Mayor resistencia al estrés: Ayudan a las plantas a sobrellevar mejor la sequía, el trasplante y otras condiciones adversas.
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